Haz la de acero, acero, acero, haz la de acero, mi bella dama.

El dia era normal, como cualquier otro, habia decidido salir y buscar algo de comer.. pero repentinamente, una fugas luz paso frente a sus ojos; Era un alma joven, quiza de alguna niña... Siguio con su camina pero mas adelante, pudo ver una pequeños pies siendo arrastrados dentro d euna casa que se encontraba en un callejon.

Maldita curiosidad.

Sin poder resistir dio un salto y se asomo por la ventana, vio algo sorprendido a una pequeña niña rubia sobre una mesa, enseguida dedujo que el alma que vio pasar hace solo unos instantes era de ellos, alzo la mirada y vio al de cabellos naranjos.

-Vaya... -el tipo parecia loco, mas no tuvo miedo se alzar su cuerpo y pararse sobre la ventana, mirandole con una ceja alzada- ¿Que mierda estas haciendo? -pregunto con diversion, para seguidamente dar un salto hacia el piso d ela habitacion, dejando que este retumbara con fuerza.

Escucho sus palabras y alzo una ceja, se sintio raro que alguien no estuviese intimidado con su presencia, pero le resto importancia enseguida, camino con su fuerte paso hasta la puerta, la abrio y salio del lugar, al rato la toco y dijo un "Soy Mello~" como anunciandose y entro al lugar.

-¿Feliz? -sonrio de lado y fue directo hacia la mesa donde estaba la muchecha, se relamio los labios, casi podia sentir ese alma joven en su lengua, pero no... ya se habia ido; maldita sea su suerte, maldita ahora y maldita siempre.

Escucho el horrible sonido y amplio su sonrisa, ahora mirando al hombre frente a el escrutandolo.

su clocusion final fue; Esta loco.

Vio con algo de sorpresas las muñecas que le apresaban las muñecas, y lo estampaban contra la mesa mas no puso resistencia, can facilidad pudo soltarse y partirlas en miles de pedazos mas se quedo alli mirando al mayor con una ceja alzada.

-Hazme de chocolate -sonrie de lado al imaginarse una muñeca de chocolate de si mismo, seria delicioso penso... se solto de eña de las muñecas y llevo una mano a su bolsillo sacando un chocolate y echandoselo a la boca, sin dejar de mirar al extraño tipo- No puedes matarme, no puedes...-solto una risa- soy un demonio, volvia a reencarnar a los segundos -suspiro- pero lo puedes intenar -finalizo encogiendose de hombros, y buscandose otro chocolate- o podrias calmarte y ya.

Miro el taller de aquel hombre y fruncio el ceño.

-¿Acaso no sabes que esta mas lo que haces? esto es mierda...-

-Pero seria delicioso... -susurro algo afligido, pues aunque fuese algo tonto y mas que infantil, se habia ilusionado con morir de aquella manera, y reencarnar sin la maldición de estar encerrado en un mundo donde sus necesidades eran una y otra vez torturadas por tentaciones que no podían ser satisfacidas.

Sintio las pequeñas gotas de sangre correr por sus brazos, vientre y estomago, y una extraña sensacion de peligro que rosaba contra su piel, y que le advertian que si hacia un mal movimiento las cortadas serian mas profundas,resguardo bajo su alta inteligencia que solo aveces salia su impulsividad y enfado, y solo se dedico a ver aquellos ojos violetas, tan intensos que lograron que la fina hoja escarlata de sus ojos brillara en extraños deseos que nunca podria describir.

Vio como se iba y sonrió.

-Oh dioses... -rio un poco, era la primera vez que se ayaba realmente solo, realmente atrapado, asi que simplemente aguardo... una presencia... una sombra... algo... ¿algo?... miro por la ventana, la noche ya se estaba haciendo presiente, el solo pudo soltar otro mas de sus múltiples suspiros.

Pero estaba bien, la soledad en una buena compañera.

El coraje por lo que le habían hecho pasar era demasiado, Drocell estaba mas que furioso, haber dejado con vida a ese infeliz, o al menos no haber le hecho nada y llenándose de ira, como nunca en su vida volvió al callejón, con una sola idea en su mente hacer pagar con creces a ese maldito, por haber arruinado su muñeca.

Tetsu to hagane de tsukure, tsukure, tsukure.
Tetsu to hagane de tsukure, My Fair Lady.
Tetsu to hagane ja magaru, magaru, magaru.
Tetsu to hagane ja magaru, My Fair Lady.
Como nos divertiremos juntos

*Pronuncio para si mismo, mientras volvía a donde habia dejado al joven rubio*

Pronto el silencio se vio interrumpido por unos pasos hacercandosele, y la voz de Droceel cantando, sonrio de lado, pues sabia que era lo que iva hacer, sabia que terminaria cajeando, pero no le importo, asi que solto una pequeña risa, que pronto se convirtio en uanc arcajeada. El pobre desgraciado se estaba dejando manipular sin darse cuenta.


-Cantas horrible -pronuncio y luego guardo silencio, epserando al proximo movimiento.